lunes, 10 de mayo de 2010

Para un peluche viviente

¿Sabes qué?

Cuando pienso en ti, se me viene a la cabeza una imagen graciosa:

Un peluche enorme, con unos ojazos grandes y preciosos,

una sonrisa muy grande y una coleta graciosísima.

Y por supuesto, más dulce que cinco kilos de chocolate.

Y abrazable....

Diría que, en vez de huesos, tú estás rellena

de nubes de azúcar, suaves y blanditas.....

y tu pelo, hebras de caramelo.

En fin, que mi imagen de tía mona y simpática, eres tú.

Aunque a veces seas el muñeco diabólico, siempre sonríes.

Por cierto, no dejes que nadie se meta con tu nariz.

Si yo me operara, pediría que me pusieran la tuya.

Resumiendo:

Eres la mejor,

dulce, un montón,

guapa... que no veas.

Simpática, loca y sonriente.
Sí, ésa eres tú.

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