¿Sabes qué?
Cuando pienso en ti, se me viene a la cabeza una imagen graciosa:
Un peluche enorme, con unos ojazos grandes y preciosos,
una sonrisa muy grande y una coleta graciosísima.
Y por supuesto, más dulce que cinco kilos de chocolate.
Y abrazable....
Diría que, en vez de huesos, tú estás rellena
de nubes de azúcar, suaves y blanditas.....
y tu pelo, hebras de caramelo.
En fin, que mi imagen de tía mona y simpática, eres tú.
Aunque a veces seas el muñeco diabólico, siempre sonríes.
Por cierto, no dejes que nadie se meta con tu nariz.
Si yo me operara, pediría que me pusieran la tuya.
Resumiendo:
Eres la mejor,
dulce, un montón,
guapa... que no veas.
Simpática, loca y sonriente.
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